Una impresora 3D es como una mascota: si no la cuidas, te empieza a hacer ruidos raros, se queja, se traba… y no imprime ni un llavero decente. Por eso hoy en el blog te traigo una guía básica para mantener tu impresora 3D en plena forma.
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🧽 Limpieza regular: el primer mandamiento
Hazlo cada semana si imprimes mucho, o al menos cada 20-30 horas de uso.
Boquilla (nozzle): Usa una aguja de limpieza o haz un “cold pull” con filamento de limpieza o PLA. Si no sabes lo que es un cold pull… ¡es magia antiatascos!
Cama caliente (bed): Alcohol isopropílico + papel sin pelusa. Nada de escupitajos ni camisetas viejas, por favor.
Ventiladores y disipadores: Quita el polvo acumulado con un pincel suave o aire comprimido (pero con cuidado, que no es un secador).
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🛠️ Revisión de piezas móviles
Una impresora 3D vibra más que tú con un café doble.
Correas: Deben estar tensas pero no rígidas como un cable de acero. Si suenan como guitarra… algo va mal.
Varillas y ejes: Limpia y engrasa con lubricante PTFE (no uses mantequilla, por favor).
Tornillos: Revisa que estén apretados, especialmente en la base y el extrusor.
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🔧 Calibraciones importantes
Nivelado de la cama: Fundamental. Hazlo en frío y en caliente, y repite si has cambiado la boquilla. Usa papel o calibra con sensores si tienes.
Flujo de extrusión: Si notas que imprime con exceso o defecto de material, revisa pasos/mm del extrusor.
Offset Z: Cada vez que cambias la superficie o la boquilla, dale un repaso.
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⚡ Cosas que nadie te dice (pero deberías hacer)
Actualiza el firmware si tienes placas modernas.
Haz pruebas de impresión de temperatura para cada filamento nuevo.
No dejes la impresora sin supervisión durante horas si está imprimiendo algo largo. Nunca sabes cuándo se le va a ir la pinza.
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🧠 Consejo Burotatxero final:
Cuanto mejor cuidas tu máquina, menos dramas tendrás.
Y créeme, prefieres pasar el rato pintando una figura que desmontando extrusores y boquillas.